¿Qué hacer en 11 horas de vuelo?

Hemos sido puestos a prueba: 11 horas de vuelo no las lleva de la misma forma uno que otro, esta es la crónica de aquellos que han vivido en el aire durante ese tiempo y volado mas que una golondrina (¿africana o europea?) en toda su vida.

El vuelo está preparado para tener algo de entretenimiento, en los asientos hay una pantallita con diversas pelis, series, juegos y tonterias variadas, que se controlaban con un mando a distancia/teléfono muy innovador. Ahora... eso esta muy bien, siempre que te funcione la pantallita, porque todas iban a la perfección menos la de un servidor.

Algunos conseguimos dormir buena parte del viaje, nada más despegar el avión ya sufrimos (entre ellas yo) algunas bajas.

Nacho a los 3 minutos de montarnos en el avión

Por mi parte, mi plan era aguantar las 6 primeras horas de viaje despierto, para dormir las 5 siguientes y levantarme fresco para la mañana en Akihabara, pero al no tener tele, el sopor no fue un mal aliado. Nos despertaron pronto para la comida y alternamos el que hacer entre ver películas (el doblaje era latino, asi que en V.O. tuvo que ser) que el catálogo no es que fuera gran cosa pero bueno al menos estaban 300 y distrito 9, leer la lectura que llevabamos, o hacer como Sergio que probó todos y cada uno de los jueguecitos del avión y sobretodo intentar dormir, cosa que solo conseguimos a ratos y nunca todos a la vez, cada uno con nuestras manías: que si uno solo quiere ventana, que si el otro ronca como el león de la Metro Goldwing Mayer, que si te huelen los pies que además tienes encharcados... (si quereis adivinad vosotros mismos cual es la manía de cada uno).

Y así hasta que por fin aterrizamos en Japón tras 28 horas ininterrumpidas de viaje, desde Granada a Japón, en las cuales hemos vivido algo de aventuras ya, pero lo bueno, comienza ahora.