jueves, 18 de febrero de 2010

Ghibli: Donde los niños son los amos y todos nos volvemos niños.

Esta mañana nos hemos levantado mu tempranito. Pero como si fuera el dia de reyes, nadie se ha quejado, al revés, todos nos hemos levantado rapidamente y con una sonrisa porque hoy por la mañana tocaba la visita al Museo Ghibli!!!

Para quien no lo sepa (no todos los que leen este blog son otakus), Ghibli es uno de los estudios de animación más importanes del mundo, y el más importante en Japón. El estudio Ghibli nos ha ofrecido grandes películas como la famosísima "La princesa Mononoke", la increible "El viaje de Chihiro" o la inolvidable "Mi vecino Totoro", que además se ha convertido en el buque insignia de la factoria.

Teníamos entradas para las 10 de la mañana. Las entradas hay que pillarlas con varios días de antelación y para una hora concreta. Es imposible adquirir una entrada en el propio museo ya que se agotan muy pronto.
Tras unos 30 minutos de metro llegamos a la estación de Mitaka. Ya por la calle comenzamos a ver los primeros carteles anunciando la proximidad del museo. Seguimos andando y nos adelanta un autobús lleno de dibujitos majos (el autobús hacia el museo Ghibli), y por fín tras 15 minutos llegamos al museo.

En la puerta nos recibe, como no podía ser de otra manera, Totoro. Seguimos hacia la entrada del museo, donde ya hay un buen número de personas haciendo cola. Para sorpresa nuestra, algún duende del polvo había hecho un muñeco de Totoro con la nieve caída durante la mañana.La gente seguía llegando a la cola, y cada vez estabamos más nerviosos. De repente, un hombre, como si de un sereno se tratase, comieza a tocar una campana. Esta es la señal del que el museo abre sus puertas.

Al entrar, junto con el pase al recinto, nos dan otra entrada para el pase de animación. Esta entrada es un trozo de película con 3 fotogramas de alguna de las animaciones del estudio. (A mi me ha tocado una de Porco Rosso XD). Seguimos el consejo de Nyo y nos vamos directamente al teatro, porque la película comienza sólo 15 minutos después de la entrada y hay que pillar buenos sitios para la proyección... llegamos los primeros, y sí, cogimos los mejores sitios :).

La proyecciones que se emiten en el museo son cortos que sólo pueden verse aquí. No está previsto que sean editados en DVD, ni que estén disponibles nunca para el público en general, lo cual los convierte en pequeñas joyas de arte con un valor muy especial, y es que si alguien quiere disfrutarlas tendrá que acercarse en persona.

Nuestra proyección ha sido muy divertida, iba sobre un anciano y su mujer que viven en medio de la montaña, y que un dia descubren que bajo su mismo techo también vive un equipo de sumo de ratones. Siguiéndolos una noche por el bosque descubren que los pobres ratoncitos siempre pierden, asi que deciden tomar cartas en el asunto. Ya de por sí el corto me ha encantado y que hubiera un montón de japonesitos de 3 o 4 años riendo, aplaudiendo y asombrandose con lo que ocurría en la pantalla ha sido estupendo.Tras el corto nos dispusimos a recorrer todos los rincones del museo y a "perdernos" como nos aconsejaban en los panfletos. El museo, no parece un museo, es una casa muy grande, llena de pasillos, escaleras, ascensores y terrazas que han sido cuidados hasta el mínimo detalle.

Hemos encontrados cinemáticas increibles (qué pena que estuviera prohibido grabar y hacer fotos, sino lo hubieráis flipado como nosotros). También hemos estado dentro del "estudio" de Miyazaki (el más importante director y creador de la factoria), donde estaba recreado hasta el ultimo detalle: los bocetos esparcidos por doquier, las maquetas a medio terminar, y los mil y un cachivaches que inspiraron sus películas.En la planta alta encontramos un gatobús de peluche gigante lleno de duendes del polvo, donde los niños menores de 12 años (¡¡que rabia!!) podían estar trepando, saltando, jugando, y hasta revolcandose entre decenas de bolitas peludas con ojos.

En otra de las salas encontramos la exposicion temporal de Ponyo, con bocetos originales, libretas animadas, y hasta a Ponyo metido dentro de su burbuja REAL de agua. Ya fuera, nos esperaba uno de los robots gigantes de Laputa (sí, se llama así) donde sí que pudimos hacernos un montón de fotos.No podíamos terminar nuestra visita sin pasar por la tienda del museo. La verdad sea dicha, todo era bastante carillo, pero ¿Cómo vas a pasar por el museo Ghibli y no vas a comprarte nada? Sobre todo cuando te lo llevarías todo. Yo estaba entre un duende del polvo de peluche, un minitotoro y un pin de los ratoncitos del sumo. ¿Qué creeis que me terminé comprando? Pues sí, habéis acertado, me llevé las tres cosas. XD.

Un gran sitio sí señor, visita obligada para todos aquellos amantes del anime y en definitiva de Japón.

7 comentarios:

  1. ¡Genial! Me lo apunto a la lista de lugares a visitar (por segunda vez :P)

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  2. Es una pena que no dejen hacer fotos, pero la verdad es que eso lo conviente en un lugar aun más mágico y una visita obligada *O*

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  3. Lo hacen para eso, para que el que quiera verlo, que vaya xD, que robarle tantos trocitos de alma..jaja si que estaba genial si, mi entrada es del castillo ambulante, y nosotros vimos un corto de totoro :D, ale ale, a seguir flipandooo, que aun os quedan dias!! alli se hace mucho mas corto eh?que asquete :(

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  4. wOw!! Tiene que ser una pasada estar alli...

    ARR YO QUIEROOO!!

    :*

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  5. Esta entrada me ha terminado de matar :(

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  6. ¡¡Ponyoooo!!, qué rica, me encanta.

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